La Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional (Confilar) reúne a los principales representantes de las elites de Santa Cruz (Bolivia), del estado de Zulia (Venezuela) y del de Guayas (Ecuador). Fue creada en 2006, en la ciudad de Guayaquil (capital de Guayas) pero instaló su sede en Santa Cruz para subrayar su “apoyo total” a los cuatro departamentos “autónomos” de Bolivia.

Por su parte, la plataforma del movimiento venezolano Rumbo Propio para el Zulia toma el pretexto de la lucha contra la pobreza para defender un “sistema limitado de gobierno, el libre cambio y las instituciones privadas separadas del Estado”.

Estas dos organizaciones pertenecen, entre otras, a la Red Liberal de América Latina (Relial), apadrinada por el think tank liberal CATO Institute, el lobby patronal Empresarios de España y la muy liberal Fundación Friedrich Naumann.

Entre los individuos que la justicia boliviana considera implicados en el proyecto de atentado contra el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, figura Hugo Achá, ex representante de Human Rights Watch en Bolivia.

Un ex mayor del ejército argentino, Jorge Mones Ruiz, prestó su apoyo a Rózsa, Achá y Marinkovic para la preparación del magnicidio. “Esto no es anodino –observa la historiadora Adriana Villegas– porque Mones Ruiz es un alto responsable de la organización UnoAmérica, comprometida en otros planes de desestabilización en América Latina”. Los estatutos de esta organización, creada en Bogotá en diciembre de 2008 le asignan como objetivo “la defensa de la democracia y de la libertad del continente americano, amenazadas por la expansión del castro-comunismo y su nueva versión, el socialismo del siglo XXI”.

© LMd, París.