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El gobierno griego “fusilado como ejemplo”

vendredi 1er mai 2015   |   Bernard Cassen
Lecture .

Salvo de manera marginal, no se debe buscar una racionalidad económica o financiera al chantaje sobre el gobierno griego que ejercen la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El primer ministro Alexis Tsipras, cuyo partido, Syriza, ganó las elecciones legislativas en enero de 2015, se ve empujado a elegir :

— o bien, al precio de nuevas medidas de austeridad en un país ya desgarrado por las políticas neoliberales, reembolsa íntegramente y en las fechas indicadas por sus acreedores, las deudas y los intereses de las deudas contraídas por sus antecesores para “salvar” no a Grecia, sino a los bancos extranjeros poseedores de deuda griega ;

— o bien resuelve darle prioridad no al respeto de los vencimientos draconianos, sino al rescate de la sociedad griega, sobre todo rechazando determinadas privatizaciones y haciendo votar una ley sobre la “crisis humanitaria” para otorgar una ayuda de urgencia a los ciudadanos más pobres. 

En el primero de los casos, el primer ministro capitula ante las “instituciones” (nueva denominación de la “troika”) y traiciona el mandato que le confiaron los electores. Con eso, no se resuelve ningún problema, pues todo el mundo sabe que la deuda griega es impagable en su totalidad. En el segundo caso, Grecia se encuentra en situación de default, y se le cortan todas las fuentes de financiamiento conllevando, como riesgo inmediato, el no pago de las pensiones y de los salarios de los funcionarios. A muy corto plazo, es la permanencia del país en la zona euro, incluso en la UE, lo que está en juego. Se entra entonces en territorio desconocido, y nadie puede descartar la posibilidad de un efecto dominó provocando el desencadenamiento de una crisis que sacudiría los propios fundamentos de la construcción europea.

¿Por qué entonces los Gobiernos europeos y la UE como tal aceptan correr semejantes riesgos mientras hay soluciones al alcance de la mano que no hipotecan el porvenir ? Por ejemplo, la recompra por parte del BCE de títulos griegos en el marco de su programa llamado de “flexibilización cuantitativa” (quantitative easing) de inyección masiva de liquidez en el sistema financiero a razón de 60.000 millones de euros al mes durante 18 meses. Suponiendo que, para todo el año 2015, el Gobierno de Atenas necesite 20.000 millones de euros para sacar la cabeza del agua e iniciar la recuperación de la economía del país, esa suma correspondería apenas a diez días de funcionamiento del programa del BCE. No se trata entonces de una cuestión de técnica financiera. Es, ante todo, política e ideológica.

Casi en su totalidad, los decididores europeos quieren absolutamente extirpar de cuajo cualquier perspectiva de éxito de políticas que rompan con aquellas implementadas en el seno de la Unión Europea. Para evitar que otros países se contagien de la resistencia griega a las “instituciones” hay que golpear duro y “fusilar como ejemplo” –políticamente, se entiende– al Gobierno de Atenas, como le ocurrió a cientos de soldados rebeldes de la Primera Guerra Mundial (600 en Francia, 750 en Italia).

En el papel de oficial comandante del pelotón de ejecución : el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Soldados voluntarios para este ejercicio : la mayoría de los comisarios y de los Gobiernos europeos, en primer lugar el de Madrid, que le teme al avance de Podemos ante las próximas elecciones. Cómplices : los Gobiernos “socialdemócratas” de Matteo Renzi y de François Hollande.

Un combate muy desigual. Sin embargo, la Biblia enseña que entre el joven rey David y el gigante Goliat no fue la fuerza bruta quien tuvo la última palabra.





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