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Otra Europa es posible

El reverso de las estadísticas macroeconómicas

Viernes 22 de noviembre de 2013   |   Bernard Cassen
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De Dublín a Madrid, pasando por Atenas o Lisboa, las medidas de austeridad han tenido efectos tan devastadores que los gobiernos y la Comisión Europea se aferran a la menor cifra positiva –aunque sea infinitesimal– para tratar de justificar sus políticas. Ello mientras silencian otras cifras que muestran un agravamiento de la situación, y sobre todo, mientras ignoran datos que los neoliberales jamás toman en cuenta, de tan ajeno como les resulta el factor humano.

A este respecto, el ejemplo de Irlanda es esclarecedor. El primer ministro, Enda Kenny, anunció que su país no solicitará una renovación del plan de “rescate” de 85 000 millones de euros administrado por la troika FMI/Comisión Europea/Banco Central Europeo. Es, a primera vista, una excelente noticia, pero antes que nada, como dice un analista del think tank Centre for European Reform (1), una excelente noticia para los paladines de la austeridad: “Berlín y Bruselas necesitan desesperadamente mostrar que la terapia de choque prescrita por esas capitales durante la crisis de la deuda soberana da resultados. E Irlanda es su mejor oportunidad para una ‘historia de éxito’”. 

¿Una “historia de éxito”? Pensemos un poco. Nos presentan como una hazaña el hecho de que Irlanda “regrese a los mercados” tomando un préstamo a un tipo del 4,15%. Pero todos sabemos que, para estabilizar o reducir su deuda, un Estado necesita un crecimiento igual o superior al tipo de interés que debe pagar para vender sus obligaciones. Ahora bien, en Irlanda, este crecimiento será casi nulo en 2013, y no es muy evidente que pueda superar el 1% en 2014. Resultado: la deuda del país, que ya alcanza el 125% del Producto Interior Bruto (PIB), va a aumentar significativamente. Si a esto le agregamos que más del 13% de la población activa está desempleada, que el déficit de las cuentas públicas rondará el 7,3% en 2013, y que el PIB por habitante es casi un 8% inferior a lo que era en 2008, nos damos cuenta de que no hay mucho que festejar... Este fue –y seguirá siendo– el precio que deberán pagar los irlandeses para “salvar” sus bancos y el euro. Podríamos desarrollar el mismo razonamiento para Portugal, Grecia, Chipre y... España.

Detrás de estas estadísticas, se descubre, en Irlanda como en otras partes, una realidad social catastrófica descrita en un informe elaborado por la Cruz Roja Internacional, y dado a conocer el 10 de octubre pasado por el diario británico The Guardian (2). Este documento sobre el impacto humanitario de la crisis económica reúne informaciones obtenidas en el terreno por esas dos organizaciones en 42 países, de los cuales 28 son miembros de la UE. El diagnóstico que traza es devastador: “A medida que la crisis económica se arraiga, millones de europeos viven en la incertidumbre del futuro. Es uno de los peores estados psicológicos que pueda existir para los seres humanos. Vemos un desánimo silencioso propagarse entre los europeos que se traduce en depresión, resignación y pérdida de esperanza”.

Este texto dice mucho sobre el verdadero estado de Europa. Según The Guardian, que saca sus conclusiones políticas, el informe “plantea cuestiones fundamentales en cuanto a la viabilidad del euro. Deja entrever perspectivas muy sombrías para decenas de millones de europeos”. Debería ser una lectura obligatoria para todos los responsables de la UE.

NOTAS:

(1) Citado en el Financial Times, Londres, 14 de octubre de 2013.

(2) “Think differently. Humanitarian impacts of the economic crisis in Europe”: http://www.theguardian.com/world/2013/oct/10/austerity-europe-debt-red-cross





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