La presidencia del actual gobernante del Paraguay, Horacio Cartes ya cuenta con varios hechos históricos durante su mandato, pero ellos no provienen de los logros de su gestión, todo lo contrario, la historia la marcan los movimientos sociales de oposición a sus políticas. El año pasado, en el mes de marzo, los sindicatos del país retomaron las calles con una huelga general, la primera luego de 20 años [1]. Ahora son los estudiantes del país quienes manifiestan.
Una masiva protesta estudiantil se expande en el Paraguay, generando lo que muchos ya denominan una “primavera paraguaya”. El movimiento se inició con "sentatas" [2] promovidas por organizaciones de jóvenes secundarios. La demanda de los estudiantes es una mejor calidad educativa exigiendo un aumento del presupuesto hasta alcanzar el 7% del PIB nacional como lo pide la UNESCO, actualmente el gasto educativo representa el 3.9% del PIB (US$ 1.364 millones en 2015) y es uno de los más bajos de la región.
Las fotos de las “sentatas” comenzaron a circular a través de los móviles y las redes sociales. La protesta fue sumando colegios y culminó en una multitudinaria manifestación en las calles de Asunción el día 18 de septiembre.
Los universitarios adhirieron al movimiento iniciado por sus pares secundarios, pidiendo el saneamiento administrativo de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). La universidad pública es verdadero coto de caza del Partido colorado y está gangrenada por la corrupción. Los manifestantes exigían la renuncia del rector Froilán Peralta, un político colorado, envuelto en un estruendoso escándalo de corrupción y nepotismo revelado por la prensa [3].
Para presionar, los estudiantes iniciaron una vigilia ocupando el campus universitario con el objetivo de mantenerse hasta la renuncia del mencionado rector. Las primeras protestas en el campus generaron una verdadera reacción en cadena y el movimiento se apoderó de numerosas universidades del país, llegando a las filiales del interior e incluso a las universidades privadas que se solidarizaron con sus pares de la UNA.
Destruir evidencias hasta tragarse las pruebas
La movilización comenzó a despertar angustia en buena parte de los directivos de la UNA, puesto que a medida que se sumaban universidades, los estudiantes ocupaban las sedes administrativas de las mismas, pidiendo la intervención de la justicia para auditar las cuentas y custodiaban las entradas para evitar que se destruyan documentos probatorios. Quienes tenían algo que reprocharse (bastantes al parecer), entraron en pánico, a tal punto que ordenaron a algunos de sus funcionarios de confianza burlar la vigilancia estudiantil y eliminar documentos comprometedores.
Los estudiantes redoblaron el control de los locales montando guardias que se extendían durante toda la noche, en distintas universidades descubrieron documentos que habían sido quemados o destruidos. Un hecho inaudito merece ser destacado. Una noche los universitarios en vigilia descubrieron infraganti a una funcionaria escondiendo documentos ; ésta al verse sorprendida, en un gesto desesperado intentó a comerse los papeles para evitar entregarlos a los jóvenes [4].
La impresionante movilización juvenil ya obtuvo la renuncia del rector y su procesamiento por la Justicia, ahora está en prisión en espera de su juicio por corrupción y malversación de fondos. Un hecho absolutamente inédito en la historia de las movilizaciones estudiantiles del país. Pero la cosa no terminó allí, varios decanos de diferentes universidades, igualmente cuestionados también tuvieron que renunciar ante la presión estudiantil. Hasta el momento se cuentan 6 decanos renunciantes, el vice-rector y todo el consejo directivo de la facultad de Medicina. Se espera que en las próximas horas la lista se extienda.
Horacio Cartes en la cornisa
Por ahora, las movilizaciones no afectaron directamente al presidente Horacio Cartes, quien incluso pretende tener simpatía hacia la protesta de los jóvenes, o al menos es lo que intentó hacer creer durante un discurso que pronunció ante universitarios norteamericanos, con quienes se reunió al margen de su desplazamiento para asistir a la reciente Asamblea general de la ONU en Nueva York.
En esta ocasión el destino le jugó una mala pasada al presidente paraguayo. Respondiendo a una pregunta del auditorio sobre las protestas estudiantiles, Cartes se encontraba argumentando efusivamente su apertura y comprensión hacia las mismas, pero curiosamente lo hacía con la ayuda de un teleprompter instalado delante de él, desde el cual leía la respuesta, lo que dejó en evidencia que tanto la pregunta como la respuesta fueron preparadas de antemano. Pero el azar hizo que un desperfecto en el mencionado aparato dejara mudo al presidente al carecer de texto que leer. El presidente paraguayo miraba desesperado hacia sus asistentes buscando ayuda para salvar la situación, generando una hilarante y bochornosa situación [5].
La explicación de este supuesto fervor hacia los jóvenes podría encontrarse en la situación interna del Partido Colorado, donde el liderazgo de Cartes es fuertemente contestado por un amplio sector de la dirigencia tradicional que se considera desplazado y menospreciado por el actual mandatario, quien daría mayor prioridad a su entorno empresarial. Una de las figuras de esta contestación interna es el senador Juan Carlos Galaverna, un histriónico parlamentario que en pocos años pasó de la pobreza extrema a ser un prospero empresario e influyente dirigente político y hoy funge de portavoz de la dirigencia descontenta con Cartes.
El depuesto rector de la UNA es un hombre de confianza del mencionado Galaverna y fue éste quien lo instaló en el puesto hace un año y medio. Esto permite a Cartes desolidarizarse de la suerte del rector caído y presentarlo como una rémora del pasado que él y su equipo de “técnicos eficaces” quieren superar. Sin embargo, la tarea no le resulta fácil a causa de recurrentes escándalos que envuelven sus empresas tabacaleras en redes de contrabando a nivel continental [6] o beneficiadas reiteradamente con licitaciones públicas [7].
La situación de relativa calma para el presidente paraguayo, puede cambiar con el reinicio de las movilizaciones de los estudiantes secundarios, quienes después de participar en unas infructuosas negociaciones con el Ministerio de Educación, retomaron las manifestaciones el jueves 1 de octubre. Los secundarios acusaron a la Ministra de Educación Marta Lafuente, de utilizar la mesa de diálogo como una mera operación de comunicación, sin voluntad real para responder incluso a sus demandas más concretas como la instauración de un pase de transporte reducido para todo el sector estudiantil : para secundarios y universitarios del sector público y privado, actualmente solo rige para los secundarios del sector público y con muchas falencias.
Un derrumbe que puede hacer temblar al gobierno
Un triste accidente intensifica la indignación popular y esta vez puede alcanzar al propio gobierno. El día miércoles 30 de septiembre, estudiantes del Colegio Nacional de Lambaré, una institución de enseñanza pública secundaria, en las proximidades de la capital, se encontraba dando clases, cuando de pronto el techo del aula se derrumbó sobre ellos, el resultado fueron 7 estudiantes y una docente con heridas de gravedad, pero sin riesgo vital. Los jóvenes y su profesora se salvaron milagrosamente.
El momento posterior al derrumbe de las instalaciones fue filmado por los estudiantes y difundido profusamente a través de las redes sociales. Las imágenes de los chicos retirados de entre los escombros, cubiertos de sangre, auxiliados por sus propios compañeros, contribuyeron a aumentar la indignación ciudadana que interpretan ese derrumbe como un verdadero símbolo de la deteriorada situación de la educación del país y de la corrupción reinante, puesto que el aula en cuestión fue construida hace apenas 2 años. En este caso, a Cartes le será más difícil evadir su responsabilidad y no es descabellado pensar que el “tsunami estudiantil” pueda dirigirse hacia el Palacio de López.
Los dos años de presidencia Cartes no generaron ningún logro significativo en materia social o económica, sin embargo se multiplican los escándalos de corrupción y sobre los vínculos de importantes caciques políticos de los partidos tradicionales con el narcotráfico, lo que hace que hoy se hable de la NARCOPOLíTICA como un renovado cáncer de la vida institucional del país. La crisis económica de los emergentes que afecta al Brasil, principal socio comercial del Paraguay, y la coyuntura de descenso de los precios de materias primas, entre ellos la soja, principal producto de exportación de Paraguay, ya está creando una coyuntura económica recesiva que puede aumentar el descontento popular.
Todavía no está claro si Cartes logrará superar sin mojarse el “tsunami” juvenil, pero ya hay otras grandes olas que se forman en el horizonte, si escapa de la actual es menos seguro que pueda hacer lo mismo con las siguientes.