Organizado en sus inicios por un grupo de jóvenes pacifistas amantes de la música jamaicana, el Rototom Sunsplash (www.rototomsunsplash.com) fue primero una asociación cultural y luego fue sumando actividades paralelas coorganizadas con ONGs, movimientos sociales, plataformas ciudadanas y universidades, llegando a contar con la participación de importantes intelectuales (Serge Latouche, Boris Pahor, entre otros).
Para la pequeña comunidad de Osoppo (tres mil habitantes), donde hasta el año pasado se realizaba el festival, éste representaba una fuente de prestigio internacional y también una aportación de ingresos a sus habitantes. El Rototom ha obtenido este año el reconocimiento de la UNESCO como “evento emblemático internacional de la década” por promover una cultura de paz y de no violencia. Pero esa extraordinaria ocasión para el acercamiento entre las culturas se terminó. Por lo menos en Italia.
Parece increíble que exista un país dispuesto a perder, en una época de crisis, a una gallina de los huevos de oro, un encuentro que ha sido capaz de movilizar a las masas hasta el punto de generar ingresos de unos 5 millones de euros (es el impacto estimado de cada edición del festival para el comercio local). Y ello, impulsando un consumo responsable y sostenible, una colaboración con el entorno local por medio de actividades que estimulan el acercamiento a otras culturas y la difusión de valores pacifistas.
A España le parece casi un milagro tener ahora en Benicàssim un mecanismo productor de entretenimiento a coste cero que atrae a miles de turistas y cuya presencia supone un importante aporte a la economía local, como lo ha manifestado el alcalde de la ciudad, Francesc Colomer.
La música reggae, que Bob Marley universalizó, es un canto a la paz, al amor y a la fraternidad universal. Sin embargo, para las autoridades italianas, estos valores han sido maltratados por el hecho de que algunos adeptos de la comunidad reggae consumen marihuana durante el evento. Los controles de las fuerzas de seguridad, y en particular de la policía, se transformaron en los dos últimos años en una obsesión.
Por simple probabilidad estadística, el consumo de drogas blandas es un factor casi inevitable en festivales con gran público, como es el caso del Rototom Sunsplash. En la mayor parte de los países europeos, la relación entre marihuana y música joven no suena tan criminal como en la Italia de Silvio Berlusconi. Este país tiene una ley en la materia tan restrictiva que no sólo enjuicia a los traficantes, sino que trata de igual modo a los simples consumidores y gestores de locales públicos que “favorecen el uso de estupefacientes si en el interior de los espacios (que gestionan) se consumen sustancias prohibidas”. La ley se basa en el artículo 79 (2006), ideado por dos aliados de Berlusconi, el Presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini y el católico conservador Carlo Giovanardi, subsecretario de la Presidencia.
Esta ley tan retrógrada ha hecho que no sólo acaben en el banquillo de los acusados narcotraficantes sino también todo un género musical, el reggae, “estrechamente ligado al uso de las drogas” según el procurador del Tribunal de Udine, Giancarlo Bonocuore. Como consecuencia, Filippo Giunta, fundador del Rototom, ha sido investigado por “favorecer el uso de sustancias estupefacientes” y por no haber impedido que algunos participantes del festival (aproximadamente 150.000 personas dispersas en un terreno de 25 hectáreas) consumieran marihuana...
La caza de brujas ha llegado hasta el municipio de Osoppo. El propio alcalde, Luigino Bottoni –miembro del Poppolo della Libertá (PDL), ¡el partido de Berlusconi !–, así como varios concejales y técnicos, han sido asímismo investigados. Semejante hostigamiento del gobierno Berlusconi ha hecho imposible realizar una nueva edición del Festival en Osoppo.
Desde el inicio de los conflictos, Gianfranco Fini (¡un ex fascista !) ha sido más tolerante, pero Giovanardi se ha convertido en un enemigo declarado del festival. En noviembre de 2009 afirmó, en Afaritaliani, un conocido medio on line, que en el Rototom se “traficaba con drogas en cantidad industrial” (1). Las redadas se intensificaron en 2009 y han concluido con arrestos e incautaciones de cantidades mínimas de marihuana.
Italia, tocada ya por la hemorragia de fuga de cerebros ante la falta de futuro, por la creciente deslocalización de actividades industriales, y por la proliferación de las zonas deprimidas, también ha dejado escapar este evento cultural de calado mundial al que han acudido amantes del reggae de 120 nacionalidades distintas. El modelo propuesto por el Rototom Sunsplash contrasta completamente con las experiencias habituales en una Italia dominada por la telecracia berlusconiana. Es un encuentro, insisto, en el que la gente se reúne para experimentar la convivencia pacífica y cívica en un clima de tolerancia, de interculturalidad, de discusión y de apertura recíproca. Y eso molesta. El proyecto de fomentar una Italia multicultural es visto con desconfianza por el establishment de un país dominado por el racismo, por el miedo de los inmigrantes y por un creciente egoísmo social.
Según el fundador del Rototom, Filippo Giunta : “La crisis en Italia inocula odio, y la coyuntura económica está desencadenando una verdadera guerra contra los pobres. En este contexto, el Festival no gusta a los poderosos porque acoge a gente incómoda deseosa de mostrar que ‘otro mundo es posible”.
Como protesta contra el gobierno, el festival, junto con otras organizaciones y con el apoyo del ayuntamiento de Osoppo (2), organizó una serie de movilizaciones, debates y mesas redondas en Udine, Bérgamo, Milán y Roma. En una de ellas (en Udine) surgió el lema : “No proceséis a Bob Marley”. Entre sus muchos defensores, las movilizaciones contaron con la participación de Giuliano Giuliani, padre de Carlo Giuliani, asesinado por un carabiniere durante las protestas contra la cumbre del G-8 en Génova en 2001, quien declaró : “En Italia, cada vez es más frecuente el uso de la represión en detrimento de la democracia y de los derechos. Golpear a los jóvenes nunca es una buena señal”.
Don Ciotti, Laura Balbo, Moni Ovadia, Axel Klein, Ash Amin, Ignazio Marino y Altan son algunas de las personalidades, en el panorama intelectual y político internacional, que se han movilizado en contra de una campaña absurda contra el Rototom y la cultura reggae, mensajera por excelencia de paz y hermandad.
La eurodiputada Debora Serracchiani, nuevo rostro de la izquierda italiana, afirmó : “No hay nada peor que cuando las instituciones están ocupadas por políticos obcecados por la ideología. Cuando esto sucede, se toman decisiones desligadas del sentir de la ciudadanía, que no tienen ninguna relación con los principios más básicos de la tolerancia, y que casi siempre producen daños a toda la comunidad”. Según ella, el Rototom Sunsplash “es una manifestación pacífica, a la que nunca se opuso la población local, y que además aportaba un beneficio al territorio. El centro-derecha con su incoherencia ha empobrecido al país, moral, cultural y económicamente. En tiempos de grave crisis me parece una decisión extraordinariamente estúpida”.
Hoy, en Italia, el concepto de libertad aparece como un término relativo : no hay libertad para organizar iniciativas culturales alternativas ; todas son vigiladas por las fuerzas de seguridad, mientras por otro lado, las decisiones del gobierno, como la reciente “ley mordaza” que limita la difusión de informaciones en los medios de comunicación, dan mayor libertad de acción a la criminalidad organizada y a los políticos corruptos.
En ese contexto, el Rototom se marcha de Italia. El Festival se traslada a España y no por ello algunos jóvenes italianos van a dejar de fumar marihuana... Las “peligrosas huestes del reggae” se han marchado de Rivellino y en su lugar ha quedado un desierto. El exilio de esa extraordinaria experiencia cultural deja un vacío y una mancha infamante sobre el estado de las libertades en Italia.
Pero el Sunsplash continúa : la caravana de los “rastas” desembarca en Benicàssim, donde miles de espectadores apoyarán proyectos de solidaridad en Jamaica, Brasil y Etiopia. Aunque con una pizca de nostalgia, el Rototom Sunsplash sigue vivo.
Le Monde diplomatique en español
Notas
(1) Las declaraciones al Affaritaliani se dieron el 13 de noviembre de 2009, en contestación a la manifestación No proceséis a Bob Marley, organizada durante el mismo mes por el propio Rototom, con el apoyo de diversas asociaciones y personalidades. http://www.affaritaliani.it/entertai.....111109.html
(2) El alcalde de Osoppo, Luigino Bottoni acudió a la presentación del Rototom Sunsplash en Benicàssim el 22 de mayo de 2010 en el Teatro Municipal.