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LES INCERTITUDES D’UNE ÉLECTION PRÉSIDENTIELLE

Ce qui est en jeu au Brésil

mardi 16 septembre 2014   |   Emir Sader
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Tandis que l’échéance du premier tour de l’élection présidentielle brésilienne approche (5 octobre), la campagne s’accélère. Dilma Rousseff et Marina Silva s’affrontent sur plusieurs sujets, notamment économiques. La présidente sortante réaffirme son opposition à l’indépendance de la Banque centrale. Selon elle, cette position défendue par Marina Silva reviendrait à créer un « quatrième pouvoir » dans le pays, celui des marchés financiers et du secteur bancaire.

Pour sa part, la candidate du Parti socialiste brésilien (PSB) promet qu’élue, elle maintiendra et renforcera les programmes sociaux phares du « lulisme » (« Bolsa Família », « Minha Casa », « Minha vida ») et que son gouvernement consacrera 10 % du PIB national à la santé et à l’éducation. Dans le même temps, elle s’engage à mener une politique de « responsabilité fiscale » et « de contrôle de l’inflation ».

Dans son article intitulé « Ce qui est en jeu au Brésil », le sociologue Emir Sader prolonge son analyse du projet politique porté par Marina Silva.

Selon lui, « ce qui est en jeu au Brésil dans ces élections est le fait de savoir si ce pays va rester un allié essentiel pour les pays d’Amérique latine et du Sud ou s’il va devenir un satellite des Etats-Unis ». Et d’ajouter : « Ce qui est également en jeu, c’est de savoir si le modèle de croissance économique du pays basé sur la redistribution de la rentre continuera ou s’il sera remplacé par un modèle d’austérité budgétaire accompagné d’un retrait de l’Etat et d’un renforcement de la centralité du marché ».

Lo que está en juego en Brasil

Desde que, como una de sus primeras posturas internacionales, el gobierno de Brasil – encargado, junto con Estados Unidos, de concluir las negociaciones del ALCA –, ha bloqueado el proyecto norteamericano de un área de libre comercio, las posiciones de los dos países han comenzado a distanciarse. Desde entonces, las diferencias solo han aumentado.

Las decisiones recientes sobre los Brics han cristalizado la inserción de Brasil en un proyecto de creación de un mundo bipolar, que es lo que más contradice y contraría a Washington. Obama ha tratado de minimizar las diferencias, pero ni siquiera el envio de Joe Biden a Brasil ha logrado que Dilma Rousseff definiera una fecha para la visita a Estados Unidos, suspendida frente a las denuncias de espionaje norteamericano.

De repente Estados Unidos ve aparecer un candidato a presidente – que ya llegó a parecer como favorita – que plantea, en el plano internacional, todo lo que a Washington le gustaría. Bajar el perfil del Mercosur y establecer acuerdos bilaterales – se supone que, antes de todo, con Estados Unidos –, elogiar a la Alianza para el Pacífico, criticar a las decisiones de los Brics, así como subestimar el rol de Unasur, del Consejo Suramericano de Defensa, entre otros organismos internacionales que hoy son pilares esenciales de la política exterior brasileña.

No es simple imaginar las consecuencias de una eventual victoria de Marina Silva, a partir de esas posiciones. Sería el más amplio avance de Estados Unidos en mucho tiempo, después de su aislamiento cada vez más grande en América Latina y en el Sur del mundo. Eso es, en primer lugar, lo que está en juego en las elecciones de Brasil y que las hace tan importantes.

Pero, de forma complementaria y coherente, Marina Silva pretende darle vuelta al modelo económico empezado con el gobierno Lula y continuado por Dilma Rousseff. Ha anunciado su pretensión de darle independencia al Banco Central, con el conocido argumento que lo sacaría de las influencias – como si las influencias del mercado y de los mismos bancos privados fueran técnicas y no políticas.

A eso se suma un equipo netamente neoliberal, con un ministro de Fernando Collor de Mello y de Cardoso, así como con la heredera del Banco Itau, uno de los más grandes bancos privados de Brasil. Y el anuncio de bajarle el perfil del Presal, el gigantesco plan de exploración de petróleo en aguas profundas que el gobierno actual lleva a cabo.

Lo que está en juego en Brasil en estas elecciones es si el país sigue como aliado esencial de América Latina y del Sur del mundo o si vuelve a ser un satélite de EUA. Además está en juego también saber si el modelo de crecimiento económico con distribución de renta sigue adelante o será sustituido por modelos de ajuste fiscal, con retracción del Estado y centralidad del mercado.

En un país que ganó tanta proyección internacional desde el gobierno Lula, por la prioridad del combate al hambre y de los procesos de integración regional e intercambio Sur-Sur, esos avances son los que están en juego. Después de un lanzamiento espectacular de su candidatura, Marina ha estancado su crecimiento y empezado a perder votos, Dilma Rousseff ha vuelto a ser la favorita para ganar. Pero la disputa está todavía abierta sobre quién gana y quién pierde en las elecciones brasileñas.

 

Source  : http://alainet.org/active/77115&lang=es

Photo : MIDIA NINJA (journaliste indépendant). – Sans titre : http://midianinja.tumblr.com/





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