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El laboratorio griego

Miércoles 30 de abril de 2014   |   Bernard Cassen
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Hay que ser muy ingenuo para creer que el encarnizamiento de la troika contra Grecia obedece únicamente a consideraciones de estricta gestión de fondos europeos. Cuando los representantes de las tres instituciones que la conforman –Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional (FMI)– multiplican, como ocurre actualmente, las exigencias previas para liberar el tramo de préstamo de 8,5 mil millones de euros que se le prometió al Gobierno de Atenas (1), están dando continuidad de forma implacable al experimento iniciado hace seis años.

Este experimento tiene una ambición de alcance histórico: la desintegración del Estado social, fruto de décadas de luchas, primero en el país más vulnerable de la Unión Europea, y posteriormente, poco a poco, en los demás países de la “periferia” (España, Chipre, Irlanda, Portugal), antes de extender dicho proyecto, con la complicidad de sus Gobiernos, a ciertos países del “centro”, entre ellos, la Francia de François Hollande. Este proyecto es multidimensional, a un mismo tiempo económico, político y social. El presidente del BCE, Mario Draghi, así lo pregonó a los cuatro vientos al declarar al Wall Street Journal que “el modelo social europeo estaba muerto” (2). Ya estamos sobre aviso…

El caso griego es la prefiguración del futuro de la mayoría de los países de la UE y, más particularmente, de aquellos de la zona euro. Por consiguiente hay que estudiarlo en detalle. Disponemos para ello de una obra notable en la cual Noëlle Burgi, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, le da la palabra a nueve profesores universitarios y especialistas griegos de diversas disciplinas, entre ellos un psicólogo y un psiquiatra (3).

Hay que reconocer que la historia de Grecia –dictaduras, intervenciones extranjeras, represión de las izquierdas, retraso de la sociedad en constituirse en comunidad política, instrumentalización de lo que corresponde al Estado por parte de las elites para perpetuar sus privilegios, clientelismo, corrupción– hizo de este un país particularmente frágil, lo cual en gran parte ha facilitado la tarea de las instituciones europeas y del FMI, así como de su policía especializada, la troika.

Los resultados de las medidas de “rescate” de Grecia (de hecho el rescate de los bancos y del euro) se conocen bien: explosión de la pobreza (36% de la población en 2012), bajada del 40% del ingreso de las personas que todavía tienen un empleo y de los jubilados; abandono de los desempleados; desmantelamiento del derecho laboral y del sistema de salud pública; privatización (o más exactamente, subasta) de los bienes públicos, etc. Menos conocidas, pero quizás más importantes a largo plazo, son las consecuencias sobre la propia supervivencia de la sociedad en Grecia: instalación del partido neonazi Amanecer Dorado en el paisaje político, aumento vertiginoso de las adicciones, transformación de los sujetos sociales vulnerables en ciudadanos “peligrosos” considerados a partir de ahora como bocas “inútiles”.

Leyendo esta obra, se mide mejor el carácter criminal del fundamentalismo de mercado que sirve de brújula a las políticas llevadas a cabo por Bruselas, Fráncfort y Berlín con el respaldo de todos los Gobiernos europeos. Y hay quien se asombra, incluso entre los que las ponen en práctica, de que las mismas no hayan –o aún no hayan– provocado una insurrección cívica generalizada. Las elecciones europeas del mes de mayo, y en particular los votos obtenidos por la coalición de la izquierda radical Syriza en Grecia, nos dirán si esta es una calma engañosa.

© LMD EN ESPAÑOL

NOTAS:

(1) In extremis, la troika aceptó el desbloqueo de 500 millones de euros con el fin de darle un poco de oxígeno al Gobierno del primer ministro Antonis Samarás, que teme una derrota de su partido en las próximas elecciones municipales y europeas.

(2) 23 de febrero de 2012.

(3) Noëlle Burgi, La Grande Régression. La Grèce et l’avenir de l’Europe, Le Bord de l’eau, Lormont, 2014, 260 páginas, 18 euros.





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