Guillaume Beaulande : Las elecciones generales son el 24 de noviembre ; su esposa Xiomara Castro, del partido LibRe, es la candidata a la presidencia. ¿Cuál es su programa ?
Manuel Zelaya : Yo sólo soy el coordinador del partido. Es cierto que soy su esposo, pero la posición que asumió Xiomara ni se la recomendé, ni abogué por ella. Después del golpe de Estado, cuando yo estaba en el exilio, fue Xiomara quien salió a las calles, se puso frente a las bayonetas y dijo : “Disparen que vengo a defender al pueblo, el Estado de derecho y la democracia”. Se convirtió en la mujer más popular del país. Hoy, ella hace su propuesta política, social y económica. Que consiste en algo bien claro : iniciar un proceso de refundación nacional. Volver a empezar un diálogo con el sector privado, con los sectores sociales, los sectores internacionales, para abrir nuestro país hacia el Sur. Xiomara ha planteado la integración, a través de un “diálogo constituyente”, para ir hacia una “una asamblea nacional constituyente”. Hemos creado un modelo alternativo de desarrollo en materia económica, involucrando al sector privado, los movimientos sociales, el sector público y, lógicamente, deseamos tener relaciones de reciprocidad y de respeto con la comunidad internacional. Cosa que no se ha logrado con la égida del dólar. Honduras no ha logrado que se le tenga respeto y que haya reciprocidad con las posiciones de Centroamérica y especialmente con las de nuestro país.
G.B. : Venezuela, Bolivia y Ecuador también se basaron en procesos contituyentes. ¿En qué medida LibRe se inspira en esa dinámica de las izquierdas de América Latina para retomar las riendas del poder y restaurar las instituciones demócraticas ?
M.Z. : Nosotros nos hemos definido como “socialistas democráticos”, y hemos puesto la palabra “democrático” pegada a la de “socialismo” precisamente por las críticas que se le hicieron cuando fue derrocado el “socialismo real” en Europa del Este. La palabra “democrático” le da al socialismo hondureño una característica que lo define como una alternativa frente al modelo económico que nos azota y frente a la dependencia económica que no nos deja salir adelante a causa de la gran influencia de las empresas transnacionales, de los bancos, del petróleo y hasta de la comunicación. Nuestros países necesitan más independencia. No queremos alejarnos de la globalización pero sí queremos tener un puesto en la globalización, y no solo ser un objeto pasivo de la globalización.
G.B. : ¿Cree usted que los autores del golpe de Estado y sus aliados, actualmente en el poder, van a intentar desestabilizar el proceso electoral ? ¿Qué estrategia tienen ustedes para eventualmente contrarrestarlo ?
M.Z. : Nosotros vamos a las elecciones, con la exigencia de que las reglas del juego no cambien en el último minuto. En declaraciones, algunos miembros del Tribunal Electoral han dicho que quieren cambiar el sistema, quitar los delegados de las mesas electorales donde se cuentan los votos, suprimir los tribunales locales, los tribunales departamentales, los tribunales municipales, y centralizarlo todo en la capital, Tegucigalpa. Si eso se hace, lógicamente sería un fraude escandaloso. El pueblo y nosotros no lo vamos a permitir. Vamos a pararlo. LibRe dispone de unos veinte mil colectivos a nivel nacional, y está dispuesto a defender sus derechos, que son los del pueblo hondureño.
G.B. : El acuerdo de Cartagena, firmado en mayo de 2011, permitió su regreso a Honduras. ¿Cómo, en ese contexto, se logró la creación del partido LibRe ?
M.Z. : El acuerdo de reconciliación democrática lo firmó solamente el presidente Porfirio Lobo. No fue ratificado por el Congreso Nacional y por tanto solo se cumplió parcialmente. Las violaciones de los derechos humanos y la persecución política han continuado porque el Congreso y, más precisamente, su presidente [Juan Orlando Hernández] no quiso aprobar ese acuerdo. En él se especificaba que se iba a reconocer un nuevo partido. Y creamos el Partido Libertad y Refundación (LibRe). Pero no se ha dado la equidad de los organismos electorales. En el conteo de votos en las elecciones primarias hubo serias debilidades en el seno del Tribunal Supremo Electoral. No tenemos un representante (de LibRe) dentro de ese Tribunal, que funciona más bien como un organismo político.
G.B. : ¿Puede explicar qué papel desempeñó la sociedad civil organizada desde el momento del golpe de Estado del 2009 ?
M.Z. : El presidente actual, Porfirio Lobo, tiene un mando parcial en Honduras. Porque aceptó gobernar con un ejecutivo en el que la mitad de sus miembros participaron en el golpe de Estado. Por eso se dan tantas violaciones de los derechos humanos y se ha producido el deterioro de la economía. El país se encuentra hoy en peores condiciones que cuando lo recibió el Partido Nacional, aliado con el golpismo. El 70% de la “sociedad civil” en Honduras se involucró en el golpe de Estado. Eso incluye la casi totalidad de las Iglesias, con la excepción de algunos sacerdotes y pastores. Incluso varios defensores de derechos humanos –que trabajan en las oficinas del Estado– apoyaron a los militares... Recordemos que Estados Unidos financia más de 10.000 ONGs en América Latina, incluyendo Iglesias y otras organizaciones de la “sociedad civil”. Aunque siempre hay excepciones y muy honrosas. También hay algunos medios de comunicación –CholuSat Sur, Radio Globo, Radio 1– pero fueron atacados por los golpistas.
G.B. : Honduras es uno de los países más violentos del mundo con casi 91 asesinatos por cada 100.000 habitantes. ¿Cómo se explica eso ?
M.Z. : En el último año, han muerto 3.000 jóvenes asesinados por grupos que nosotros calificamos de paramilitares. Con implicación de elementos pertenecientes a los organismos de seguridad del Estado. Después del golpe de 2009, se triplicó el nivel de violencia, porque reapareció el crimen político que había desaparecido desde la década de 1980 cuando la CIA, con su jefe local Otto Reich, llevaba aquí a cabo una guerra sucia contra los progresistas. Cuando me derrocaron, reaparecieron Robert Carmona, Roger Noriega, y otros jefezuelos de la CIA. Habían llegado meses antes para derrocarme. Ahora no han vuelto a aparecer. Esto puede deberse a un “plan”.
G.B. : Usted ha presentado una demanda contra un personaje muy controvertido, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, jefe de la policía en Tegucigalpa. ¿Por qué ?
M.Z. : Porque él lanzó acusaciones infundadas contra “LibRe”. Cuando yo llegué a la presidencia del Estado, había 5.000 policías. Y en dos años, pasamos de 5.000 a 14.000 policías. Además, les aumenté el sueldo, los equipé con “parapechos”... Pero la policía, en mi gobierno, tenía una misión muy clara : vincularse con la sociedad a través de una revolución ciudadana, darle seguridad al pueblo. Ahora, lo está reprimiendo.
G.B. : ¿Cuál es la relación entre Washington y los dirigentes actuales de Honduras ?
M.Z. : Lo ignoro. Pero sé cómo es la relación histórica. Yo fui sacado del país porque me negué a los mandatos de la embajada americana. Tuve problemas con el embajador Charles Ford. Quiso nombrar mi propio gobierno... Al parecer es una tradición... ¡Me negué ! Ford me procuró la lista de quienes quería que estuvieran como ministros... También me prohibió que invitara a Hugo Chávez, y que me asociara a PetroCaribe, y que me adhiriera al ALBA, y que fuera a Cuba... ¡Me negué ! Mi posición siempre fue de dignidad. No tengo nada en contra de Estados Unidos. Estoy en contra de sus prácticas “imperialistas”.
G.B. : La pobreza y el trabajo informal han aumentado desde el golpe de Estado. ¿Cómo calificaría el programa económico del actual presidente Porfirio Lobo ?
M.Z. : Un modelo claramente neoliberal. Apoyado por la Unión Europea y por las grandes potencias. Lo contrario de lo que yo hice. Por eso tuve la oposición de los sectores poderosos de Honduras. Tomé medidas para no devaluar la moneda como me lo exigía el Fondo Monetario. Reduje el costo de los intereses bancarios ; lo bajamos del 24% al 7%. Eso contrariaba las políticas recesivas del Fondo Monetario Internacional. Pero yo creo que hay que impulsar el desarrollo a través de favorecer un mayor consumo, dando mayor distribución del ingreso y repartiendo mejor las riquezas.
G.B. : En diciembre de 2012, el Parlamento Europeo ratificó el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Centroamérica. ¿Qué piensa usted de esto ?
M.Z. : En la Unión Europea prevalecen los intereses comerciales sobre los intereses políticos. Prevalecen los interés económicos sobre los intereses sociales. Quedó demostrado cuando fui víctima del golpe de Estado. Aunque en principio defiende la democracia, hubo ese golpe de Estado, y la Unión Europea firmó el tratado... Con la firma de ese acuerdo comercial más bien le han hecho daño a Centroamérica porque se ha incrementado la pobreza y la dependencia económica, al igual que con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Soy empresario, creo en la iniciativa privada. Para desarrollar nuestros países, pienso que no se puede prescindir de la iniciativa privada, de la empresa privada, ni del derecho de propiedad, que son bases fundamentales del derecho democrático. Pero cuando usted da todo lo que tiene en esos tratados comerciales, y pierde hasta su dignidad y se olvidan los derechos humanos, la democracia y los derechos sociales, entonces es que esos acuerdos no sirven. Estos tratados con Europa y Estados Unidos no nos han aportado lo que esperábamos. Se le ha entregado a los intereses privados la dirección del país. Y eso ha destruido el sistema político. El objetivo de estas elecciones es retomar el control político de la situación. Para defender los intereses del pueblo.